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miércoles, 25 de marzo de 2015

LA JUDERÍA DE BURGUILLOS

Estimados amigos,

En este artículo voy a realizar un estudio sobre la aljama y la judería de Burguillos del Cerro.

Cuando comencé a reunir la documentación sobre el tema, me quedé sorprendido por los hallazgos: cartas de los Reyes Católicos al concejo de Burguillos para que se cumplieran sentencias sobre la judería, aportaciones importantes de la aljama de Burguillos a la Corona para la guerra de Granada, el decreto de expulsión de los judíos firmado por los Reyes Católicos en 1492, etc. En este último les daba cuatro meses para la conversión o expulsión. Sin embargo, me encuentro que en las ordenanzas Municipales de 1530 aún se dictan artículos que afectan a los judíos. Cuarenta años después seguían viviendo en Burguillos. ¿Por qué? Más tarde encontré las respuestas: los judíos burguillanos habían estado haciendo de banqueros del Duque de Béjar. Éste apoyó la aljama de Burguillos mientras le interesó económicamente.
Cuando subí a la Plaza Alta para estudiar las casas con pasado judío aún me sorprendí más. Encontré hasta dieciséis casas con portadas con arquitectura judía. Tres de ellas con el hueco en la jamba de granito para colocar la mezuzah de los hebreos.
Así, con toda esta información, me puse a escribir este artículo sobre la importante judería de Burguillos.

INTRODUCCIÓN.

Burguillos tuvo, durante el siglo XV y las primeras décadas del XVI, una comunidad judía -aljama-, de cierta importancia, tanto desde el punto de vista social como económico.
Esta comunidad judía vivió en una primera época en casas situadas en las calles Santa Catalina, Badajoz, San Juan, Sánchez Barriga (Rivera) y en la Plaza Alta. El mayor foco se concentraba en la calle Santa Catalina, en la que vivían las familias judías de mayor poder económico y en la que estaba situada la sinagoga.


                                  Plano de las calles de Burguillos siglos XV-XVI.
                                  Burguillos en la historia. Juan Cumplido Tanco
                             
A partir de 1490, tras el mandato realizado por los Reyes Católicos a la aljama burguillana, la comunidad judía se ve forzada a instalarse en la judería marcada, situada en las calles Zafra, Baza y Sótanos.

En 1492, los Reyes Católicos aprobaron dos Decretos en los que ordenaban la expulsión de los judíos de todos sus territorios de la Corona de Castilla y Aragón.
Las consecuencias de estos Decretos fueron inmediatas: los judíos hispanos disponían de cuatro meses para decidir entre recibir el bautismo y convertirse al cristianismo o abandonar sus casas, sus propiedades y salir camino del exilio.
La comunidad judía, tras una larga presión y persecución, abandonó definitivamente Burguillos en la década de los años treinta del siglo XVI.


                                Edicto de Granada aprobado por los Reyes Católicos en 1492

LA ALJAMA DE BURGUILLOS.

La aljama es un término que se utiliza para referirse a una comunidad de personas que profesan la religión judía. Por tanto, nos vamos a referir a la aljama como el conjunto de personas judías que vivían en Burguillos.

Del origen de la comunidad judía en Burguillos nada sabemos hasta la época cristiana. Tras la conquista del término por parte del Rey Alfonso XI y la concesión realizada del mismo a la Orden del Temple en 1230, se produjo un proceso de repoblación en el que llegarían los primeros judíos a Burguillos. Como el resto de la población que fue llegando, los judíos se fueron construyendo sus casas en el corazón de la población que se estaba creando, en la Plaza Alta y sus calles aledañas.
Estaríamos hablando de mediados del siglo XIII como fecha de llegada de los primeros judíos a Burguillos.

Hemos de recordar que en ese momento, tras la conquista, convivían en la población cristianos, judíos y moros. Todos ellos bajo el amparo de los Caballeros Templarios.
Durante el siglo XIV, período que podemos considerar de transición entre el dominio de la Orden del Temple y el paso de la villa a posesión de la Casa de Béjar, la comunidad judía no debió de ser muy numerosa.

Con la cesión y donación en 1393 de la villa de Burguillos por parte del Rey Enrique III a Don Diego López de Zúñiga, se debió de producir la llegada más numerosa de judíos a la población.
(En otro artículo analizaremos cómo pasó la villa de Burguillos de manos de Alfonso Fernández de Vargas a Diego López de Zúñiga)
Es a partir del siglo XV cuando ya podemos decir que se ha formado una comunidad judía de cierta importancia, que tienen sus casas en la calle Santa Catalina, Badajoz, San Juan, Sánchez Barriga y en la Plaza Alta.
La protección del Duque de Béjar hacia los judíos, a lo largo del siglo XV, es una constante en todos sus dominios. Burguillos no fue una excepción. Por ello, la comunidad judía, ya asentada en la localidad, fue desarrollándose. Era una comunidad poderosa económicamente, sus oficios principales fueron los de comerciantes, médicos, escribanos, mesoneros, carniceros, zahoneros, zapateros y recueros.
En la construcción de sus casas reflejaban su poderío económico, remarcando las portadas de las mismas con granito primorosamente trabajado, coronando las portadas con el arco ojival tan característico en la arquitectura de la cultura judía.


                                         Portada de una antigua casa judía en la calle Badajoz

La Aljama de Burguillos pagaba sus impuestos a la Corona, contribuyendo a la guerra de Granada contra los musulmanes. Luis Suárez Rodríguez, en su libro "Documentos acerca de la expulsión de los judíos", nos cuenta que las aportaciones económicas realizadas por la aljama de Burguillos a la Corona, en maravedíes, fueron las siguientes:

                  1474        1482        1485        1488        1489        1490        1491   
             
                 2.700       2.300          60        29.205      33.760     34.635     25.625

Ello supuso una aportación de la aljama burguillana a la Corona para sufragar los gastos de la guerra de Granada de 128.285 maravedíes, en el período que va de 1474 a 1491.
Sabemos, por documentos del Real Archivo de Simancas, que la aportación que debía realizar cada judío en el año 1474 era de cincuenta maravedíes por familia. Así, si tenemos que la aljama de Burguillos aportó 2.700 maravedíes, estos correspondían a 54 casas. A razón de una media de cinco miembros por casa, nos da una población judía, en Burguillos, de 270 personas en el año 1474.
De 1488 a 1491 la aportación por familia judía se elevó de forma considerable. Según se acercaba el final de la guerra de Granada, la Corona iba elevando los impuestos para sufragarla.




El 1 de enero de 1483, el Santo Oficio dictó una disposición prohibiendo la permanencia de judíos en todo el territorio de la Archidiócesis de Sevilla. Esta disposición ocasionó el fin de juderías de tanta importancia como las de Sevilla, Jerez de la Frontera, y Córdoba. Se produjo un exilio de judíos desde Andalucía hasta tierras extremeñas, repartiéndose por localidades como: Segura de León, Llerena, Fuente del Maestre, La Parra, Jerez de los Caballeros, Alconchel, Barcarrota, Badajoz y Burguillos.
Este aumento de población judía hizo que aumentara la presión por parte de los cristianos, más acusada en las poblaciones que permanecían en poder real, que en poblaciones que pertenecían a la nobleza. En Burguillos, el Duque de Béjar continuaba apoyando a la comunidad judía por razones de pura índole económica.

Marciano de Hervás nos cuenta, en el capítulo dedicado a "Los judíos en Extremadura" de la colección "Historia de las Diócesis Españolas", que "en 1474, el Conde de Plasencia, Álvaro I, requiere un préstamo a los vecinos de la villa y tierras de Burguillos con cierta solvencia económica. Entre los diez fiadores judíos estaban Magrín, Lerma, Abenmanco, Negrín, Ojueles, Covos, Dardera y Abeatar".




Esta información nos da las claves del  apoyo del Duque de Béjar a los judíos de Burguillos: la aljama estaba actuando como banquero del propio Duque.
En el siglo XV y primeras décadas del XVI convivían en Burguillos las tres culturas: cristiana, judía y morisca, pero la presión de los cristianos hacia las otras dos culturas fue aumentando progresivamente, hasta conseguir la total expulsión de los judíos de Burguillos hacia los primeros años de la década de los años treinta del siglo XVI y la de los moriscos en 1611.
Antes hablábamos de 54 casas judías a finales del siglo XV. Juan Solano de Figueroa en la "Historia Eclesiástica de la Ciudad y Obispado de Badajoz", nos cuenta que en 1611 fueron expulsados de Burguillos los últimos 120 moriscos, que habitaban en 24 casas.

DESIGNACIÓN DE LA JUDERÍA EN BURGUILLOS.

En el Archivo General de Simancas, dentro de la unidad Cancillería, Registro General del Sello, encontramos dos documentos fundamentales para conocer los acontecimientos acaecidos a finales del siglo XV sobre la aljama de Burguillos.

El primer documento está fechado en septiembre de 1489. Corresponde a una carta enviada por los Reyes Católicos al concejo de Burguillos.
Titulo: "Que se vea una sentencia dada acerca del apartamiento del aljama de los judíos de la villa de Burguillos, y, si procede se cumpla".
Signatura: RGS, LEG148909, 171.



                Carta de los Reyes Católicos al concejo de Burguillos. 1489. RGS,LEG,148909,171 


El segundo documento está fechado el 11 de mayo de 1490. Corresponde a otra carta enviada por los Reyes Católicos al concejo de Burguillos.
Título:"Provisión al concejo de Burguillos para que guarde ciertas sentencias, que se citan, referentes a la judería de dicha villa, a petición de las aljamas de ella".
Signatura: RGS, LEG, 149005,124.



            Carta de los Reyes Católicos al concejo de Burguillos. 11-5-1490. RGS,LEG,149005,124

Los judíos de Burguillos, en cumplimiento con lo acordado en 1480 por las Cortes de Toledo, solicitaron a Dña. Leonor de Pimentel, Duquesa de Béjar y Señora de la Villa de Burguillos, que les señalara las calles que debían formar la judería nueva. Marciano de Hervás nos cuenta, en "Los judíos en Extremadura", que la Duquesa nombró Juez Comendador para fijar la judería a Gutierrez Bravo, que era el Alcayde y Corregidor de la villa. Este señaló para fijar la judería las calles que salían al ejido en los arrabales de la población.
Ante esta disposición del Alcayde y Corregidor Gutierrez Bravo, los representantes de la aljama burguillana, Mosé Abenmanco, Abraham Dardera y Yuçé Alpalas protestaron la medida a la Duquesa, al no estar conformes con las calles designadas, por no ser principales y estar en las afueras de la población. Ante la protesta de los judíos, la Duquesa nombró al jurista Fray Gutierre de Trejo para que revisara la disposición del Alcayde.
Fray Gutierre de Trejo señaló una mejor calle, la calle que tras la expulsión de los judíos pasaría a llamarse, como en otras muchas poblaciones, Santa Catalina. Esta calle satisfizo a los judíos al ser calle más principal y encontrarse cerca de la Plaza Alta, centro administrativo y comercial de la villa.
Construyeron sus casas y la Sinagoga en la calle Santa Catalina, sin cercas de aislamiento, ni postigos.

La presión de los cristianos hacia la comunidad judía continuó en los años siguientes. En 1489 el Concejo Municipal de Burguillos siguió mostrando su desacuerdo con la fijación de la calle Santa Catalina y requirió una revisión de lo acordado. Los judíos apelaron a Don Juan de Zúñiga, Maestre de Santiago e hijo del Duque de Béjar. Este nombró Juez delegado, que confirmó los nuevos acuerdos del Licenciado Pedro Ordóñez del Barco.
Este acuerdo fijaba nuevas calles para la judería, situándola en la calle Zafra, Baza y Sótano. Aún continuaron las protestas de los cristianos y en 1490, el Escribano de Cámara enviado por los Reyes Católicos, Pedro Muñoz de Córdoba, ordena levantar barreras y poner puertas a la judería, cumpliendo así las disposiciones de la Ley de Toledo, obligando a los cristianos a conformarse.


                                 Casa perteneciente a la judería nueva en la calle Sótano

Después del análisis de la documentación existente sobre el tema y del estudio in situ de las calles y casas en las que habitaron los judíos, considero que estos vivían hasta 1490 en las mismas calles que los cristianos y  moriscos. Estas calles eran Santa Catalina, Badajoz, San Juan, Sánchez Barriga, Espíritu Santo y en la Plaza Alta. En estas mismas calles vivían también los cristianos. Estimo que la Sinagoga debió estar situada en la calle Santa Catalina, esquina con la de Espíritu Santo. Tras la fijación de la judería nueva, en las calles Zafra, Baza y Sótano, la Sinagoga debió ser cerrada, convirtiéndose en el beaterio o ermita de Santa Catalina.

Don Juan Cumplido Tanco, en "Burguillos de Extremadura", nos cuenta que en un manuscrito de la Parroquia de San Juan de rendición de cuentas ante los Notarios del Obispo de Badajoz se dice: "... manda el Obispo al Cura de la Iglesia de San Juan en cuya jurisdicción se encuentra la ermita de Santa Catalina que se arregle el vestido de la imagen y que esté en decencia y aseo, que provoque devoción ...". Este manuscrito es del año 1665.
Matías R. Martínez nos cuenta que cuando se fundó el Convento de la Concepción, en la tercera década del siglo XVI, aún quedaba en pié el templo del convento o beaterio de Santa Catalina.

La judería nueva, a la que se debieron trasladar a vivir todos los judíos de la villa en 1490, tras la protesta de los cristianos y el acuerdo adoptado por el Escribano de Cámara de los Reyes Católicos Pedro Muñoz de Córdoba, estaría constituida por las calles Zafra, Baza y Sótanos. Judería que se cerró con puertas y barreras, cumpliéndose el apartamiento dictado por las leyes de las Cortes de Toledo.

En la ponencia presentada en las VI Jornadas de Historia de Llerena, por José Ángel Calero Carretero y Juan Diego Carmona, titulada "Aportaciones al entramado urbano y la arquitectura de las juderías extremeñas: el caso de Burguillos del Cerro" defendían esta misma teoría sobre la situación de la judería. Ellos hablan de judería vieja y nueva, y la situación de la Sinagoga en la calle Santa Catalina
esquina con Espíritu Santo.

ESTUDIO SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA JUDERÍA DE BURGUILLOS.

Tres hechos son fundamentales para la transformación y en muchos casos desaparición de las huellas de la judería burguillana:

En primer lugar: el dictamen de 1490 sobre la fijación de la nueva judería, a la que los judíos habían de trasladarse a vivir en las calles Zafra, Baza y Sótanos, abandonando sus casas en las calles Santa Catalina, Badajoz, San Juan y Plaza Alta, produjo una transformación profunda de la arquitectura judía de la villa.

En segundo lugar: el decreto de expulsión de los judíos de 1492, dictado por los Reyes Católicos, inició un proceso de conversión de judíos al cristianismo, presionados por la decisión a tomar: expulsión o conversión.

En tercer lugar: la expulsión definitiva de los judíos en la tercera década del siglo XVI. Fue un paso más en el borrado de las huellas del pasado judío de muchas de las casas que habitaron.

A pesar de estos tres hechos tan importantes, aún quedan hoy muchos vestigios del pasado judío en bastantes casas que habitaron.

Tengo catalogadas dieciséis casas en las que vivieron judíos en el casco antiguo de Burguillos. Estas casas presentan características comunes en sus portadas: están realizadas sus jambas y dinteles con granito, en las que predomina el arco ojival.
Hemos de tener en cuenta que solamente los judíos de alto poder económico tenían capacidad para realizar estas portadas, tan características de la arquitectura judía. Otros muchos vivieron en casas que no reflejaban en sus portadas las características de la arquitectura judía, por ser personas de menor poder económico.

Tenemos el claro ejemplo de dos casas situadas en la calle Santa Catalina, las números 21 y 23, que debieron pertenecer a dos de las familias judías de mayor poder económico. Seguramente, dos de los nombres relacionados anteriormente como prestamistas del Duque de Béjar. Además estas casas están situadas frente a la casa en la que estuvo la Sinagoga. Las dos tienen sus marcos en granito, pero la estructura ojival del marco ha sido transformada para borrar su pasado judío.
La casa nº 23, ha visto transformada su portada, eliminando el arco ojival y colocando un dintel de madera, pero no se ha podido borrar el elemento que señala su pasado judío: en la parte superior de la jamba derecha, como era costumbre judía, sigue el hueco en el granito realizado para colocar la Mezuzah.




                          Casa en la calle Santa Catalina nº 23               
La Mezuzah es un pergamino que tiene escrito dos versículos de la ToráEste pergamino se colocaba en una caja cilíndrica que se sujetaba en el hueco situado en la jamba derecha de las portadas de las casas judías, tal y como señala la Ley de los Hebreos. Indica que esa casa estaba bajo la protección de Dios. Los judíos tenían la costumbre de tocarla al entrar o salir de sus casas. 




                          La Mezuzah

La casa nº 21 también estuvo habitada por una familia judía, que posteriormente sería adquirida por una noble familia cristiana. Esta eliminó el arco ojival, colocando un dintel horizontal de granito. Para remarcar que la casa ya pertenecía a una vieja familia cristiana, colocaron su escudo de armas en la fachada y se realizó una inscripción de su cristianidad: IHS. 



              Casa de la calle Santa Catalina nº 21





                                                                                                          
En la calle Badajoz tenemos tres casas que pertenecieron a familias judías. La casa nº 2 presenta una portada plenamente característica de la arquitectura judía, realizadas sus jambas y el arco ojival en granito, un marco superior también en granito y el hueco para colocar la Mezuzah en la parte alta de su jamba derecha. Algunos autores han señalado esta casa como posible lugar en el que hubiera estado situada la Sinagoga, influenciados por el hueco para la Mezuzah, pero, como estamos viendo, en Burguillos hay al menos tres casas con el hueco, por ello no comparto esta opinión.


                                                 Hueco para colocar la Mezuzah

Las otras dos casas situadas en la calle Badajoz, de pasado judío, son la nº 5 y la contigua, hoy sin número. La contigua a la nº 5 presenta una portada con su marco en granito, jambas y arco ojival, de especial belleza. La puerta está tapiada, seguramente desde que la dejó la familia judía que la habitara.
La nº 5 no presenta en su portada al exterior ningún signo de su pasado judío, por estar el marco de granito tapiado, enlucido y pintado. Según he podido saber, hace unos años se realizó una obra en la portada y apareció el marco de arquitectura judía, idéntico al de la casa contigua. Hoy no podemos admirarlo. 



                                                    Portada judía situada en la calle Badajoz

Otras casas en las que habitaron judíos en el casco antiguo son las situadas en la calle San Juan, números 4 y 21, y en la Plaza Alta nº 10.

En la nueva judería, las casas que pertenecieron a personas judías son las situadas en la calle Zafra, número: 1, 13, 20 y 27. Algunas de estas casas tienen sus portadas muy transformadas, pero, tras un análisis detallado, podemos observar restos pertenecientes a la arquitectura judía.
En la calle Sánchez Barriga, las casas que pertenecieron a familias judías son las números 29 y 36.
La nº 29 presenta una portada de granito, con arco carpanel y en su jamba derecha presenta el hueco para la Mezuzah, hoy tapado con cemento.



            Casa en la calle Sánchez Barriga, con el hueco tapado


En la bellísima calle Sótano tenemos otras dos casas que fueron  propiedad de personas judías. Sus portadas presentan el arco ojival y están realizadas en granito, hoy enlucido y pintado de blanco. Son la nº 2 y la otra sin número, en la misma acera, en dirección a la calle Zafra. 



                                     Casa en la calle Sótano con la fachada de granito oculta

Seguramente, otras casas esconderán su pasado judío tras el enlucido y encalado de sus portadas.    

ORDENANZAS MUNICIPALES DEL AÑO 1530 Y EXPULSIÓN DEFINITIVA DE LOS JUDÍOS.

Por las Ordenanzas Municipales del año 1530, aprobadas por el duque de Béjar y señor de la villa de Burguillos Don Álvaro de Zúñiga, para el buen gobierno de dicha villa, sabemos que los judíos aún permanecían en Burguillos en 1530.
Las ordenanzas contienen dos títulos en los que se menciona a la comunidad judía, el primero y el decimosexto.

                                                  Ordenanzas Municipales del año 1530

 El título primero regula cómo han de guardar las fiestas tanto los cristianos, como los judíos.

"Título primero. De como deben ser guardadas las fiestas. ansi por los xpianos, como por los judios. y de las penas en que cayeren los q` las quebrantaren."

El título decimosexto regula las carnicerías propiedad de los cristianos y las de los judíos.

"16. Título de los carniceros y cabdaleros q` han de dar carne en las carneçerias".

En este título queda reflejada la desconfianza de los cristianos hacia los judíos. Regula que los carniceros judíos han de traer separada la carne que va a las carnicerías cristianas de la que va destinada a las carnicerías judías.

"Otro si q`los judios q`tuvieren cargo de dar carne en la dha carneçeria y asi mismo tuvieren cargo de dar carne en la carneçeria de los judios q` non puedan traer ni trayan los carneros y cabrones q`ovieren de cortar en las dhas carneçerias juntos. salvo cada uno por si. conviene á saber. los q`traxeren para las carneçerias de los cristianos á su parte y, los q`traxeren para los judios á la suya (.por q` muchas vezes ha acaecido q`trayéndolo todo junto los judios escojen la mejor carne para sí. de q`nos el dho conçejo rreçebimos daño y agravio ...".

En las siguientes Ordenanzas Municipales aprobadas para el gobierno de la villa de Burguillos, en el año 1551, desaparece ya cualquier mención a los judíos. Seguramente, estas ordenanzas fueron aprobadas en tan corto espacio de tiempo, con respecto a las del año 1530, precisamente para eliminar las referencias a la comunidad judía. Las dos ordenanzas son muy parecidas y únicamente difieren en la regulación que afectaba a los judíos.

La instalación definitiva del Tribunal de la Inquisición en Llerena, en el año 1524, debió influir de forma determinante en la expulsión de la comunidad judía de Burguillos, así como del resto de las poblaciones de la baja Extremadura. Las dos opciones para los judíos eran claras: conversión al cristianismo o exilio dejando atrás todos sus bienes.
Una vez iniciada la expulsión de los judíos en los territorios del señorío de Béjar, los Zúñiga cambiaron su apoyo y quisieron sacar réditos de los bienes de la comunidad judía.
El 14 de julio de 1514, después de las presiones del Duque de Béjar, el Rey le otorgó la tercera parte de los bienes confiscados a los judíos del señorío, incluida la villa de Burguillos.    

La expulsión definitiva de los judíos de Burguillos, como se menciona anteriormente, debió producirse en los primeros años de la década de los treinta del siglo XVI, poco después de aprobarse las Ordenanzas Municipales de 1530.

DOCUMENTOS SOBRE LA ALJAMA DE BURGUILLOS EN EL ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL.

Además de los reseñados anteriormente, en el A.H.N. existen sobre la comunidad judía de Burguillos otros dos documentos:

Título: "Para que las justicias ejecuten una sentencia dada a favor de Mose Hadida, vecino de la villa de Burguillos, preso por el pesquisidor Ruy Díaz de Herrera, que a la vez hizo otros agravios contra su mujer". Resolución dictada el 28 de agosto de 1489.
Signatura: RGS, LEG, 148908, 105.

Título: "Apresamiento de un judío por utilizar moneda falsa". Resolución pidiendo al Alcayde de Burguillos que entregue un judío -que tiene preso en la fortaleza-, para que sea llevado a la cárcel de Corte, por razón de haber distribuido y gastado moneda falsa de la que hicieron Fernando Mejía y Alonso Sánchez de Badajoz, vecinos de Burguillos. Resolución dictada el 17 de febrero de 1490.
Signatura: RGS, LEG, 149002, 115.
Este documento llama poderosamente la atención. Por un lado tenemos falsificadores de monedas con un apellido ciertamente importante en la historia de Burguillos: los Sánchez de Badajoz. Gonzalo, hijo de Alfonso Fernández de Vargas -Señor de la Higuera, su panteón lo tenemos en San Juan-, se casó con María Sánchez de Badajoz. Por otro lado, el documento nos habla de un judío, que estaba preso en el castillo, que había distribuido la moneda falsificada en Burguillos. Todo ello a finales del siglo XV.

CONCLUSIÓN.

Burguillos contó con una comunidad judía -aljama-, de notable influencia en la vida económica y social de la villa, durante el siglo XV y primeras décadas del XVI.

Esta comunidad judía residía, hasta finales del siglo XV, en las mejores casas de la villa. Estas casas estaban situadas en las calles Santa Catalina, Badajoz, San Juan y Plaza Alta, junto a su Sinagoga, que estaría situada en la calle Santa Catalina, esquina con Espíritu Santo.

En el año 1490, tras la presión de la comunidad cristiana, los Reyes Católicos dictaminaron el apartamiento de los judíos en una judería cerrada y aislada -se colocaron puertas y barreras a las calles en las que vivían-, situada en las calles Zafra, Sótano y Baza.

La Casa de Béjar mantuvo su apoyo a la aljama burguillana mientras sacó provecho económico de ello. Cambió su posición de apoyo a los judíos, a principios del siglo XVI, cuando obtuvo de los Reyes el otorgamiento por el que les correspondía un tercio de todos los bienes de los judíos expulsados y conversos en sus territorios.

En 1530, se aprobaron unas Ordenanzas Municipales para el buen gobierno de la villa de Burguillos, en las que aún se regulaba la vida de los judíos burguillanos. Por ello, la expulsión definitiva tuvo que acontecer en la tercera década del siglo XVI.

Cordiales saludos.


Antonio Surribas Parra.


Agradezco a mi hijo Antonio la corrección de este artículo.


(Reservados todos los derechos de autor. Prohibida la reproducción sin permiso del autor).
      





   



  


    

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