Estimados amigos,
Los burguillanos, a mediados del siglo XVIII, encabezados por don Juan de Liaño y Sánchez-Arjona, tuvieron un sueño:
Levantar una iglesia tan grande como su castillo.
A fe que lo consiguieron, construyendo una de las mayores iglesias de Extremadura.
La nueva iglesia parroquial de Santa María de la Encina y San Juan Bautista fue consagrada en el año 1800. Su construcción se inició en 1745 y finalizó en 1795.
En cincuenta años, se levantó una maravillosa iglesia neoclásica, que guarda en su seno un magnífico patrimonio artístico procedente de las dos antiguas iglesias templarias: de Santa María de la Encina y de San Juan Bautista -cerradas al culto al consagrarse la nueva parroquia-; de los dos conventos desamortizados en el s. XIX: el de las Llagas de San Francisco y el de la Concepción; así como los de las ermitas de: San Vicente, Ntra. Sra. Encarnación de Torres y Santa María del Valle, que fueron cerradas al culto en siglos anteriores.
PILA BAUTISMAL DE SANTA MARÍA DE LA ENCINA.
Entre ese magnífico patrimonio artístico llegado a la nueva parroquia figura la Pila Bautismal, protagonista de este artículo.
La Pila Bautismal fue un regalo de los Duques de Béjar, don Alonso Francisco de Zúñiga y Sotomayor y doña Teresa de Zúñiga, a la antigua parroquia de Santa María de la Encina, entre los años 1531 y 1544.
La Pila Bautismal llegó a la nueva parroquia procedente de la antigua parroquia de Santa María de la Encina, a fines del s. XVIII, una vez se cierra al culto la antigua parroquia. Destinándose la Capilla Bautismal para albergarla, la Pila está situada en el lado de la Epístola, al fondo del nuevo templo.
Está realizada en mármol blanco de la Pedrera del Manco, famosa cantera burguillana donde se trabajó durante siglos. El trabajo del cantero sobre el bloque fue maravilloso. Podemos decir que talló una obra de arte sobre la piedra. Don Juan Cumplido Tanco, antiguo párroco burguillano, en su libro "Burguillos en la historia", nos deja una única e importante anotación sobre la Pila Bautismal, el nombre del maestro cantero: Rodrigo Méndez Moro.
Presiden la pila cuatro grandes escudos de armas de los duques de Béjar -Señores de la Villa de Burguillos-. Dos de los escudos, iguales entre sí, pertenecen a los Zúñigas y los otros dos, iguales entre ellos, a los Sotomayor.
El escudo de armas de los Zúñiga es el de Teresa de Zúñiga (1502-1565), III duquesa de Béjar y Señora de la Villa de Burguillos.
El de los Sotomayor es el de su esposo, Alonso Francisco de Sotomayor Portugal y Enríquez (1498-1544), V conde de Belalcázar.
Contrajeron matrimonio en 1518 y en sus capitulaciones matrimoniales recogían que el apellido Zúñiga prevalecería sobre el de Sotomayor. Es decir, el de Teresa sobre el de Francisco. Después de su matrimonio con Teresa pasaría a llamarse Alonso Francisco de Zúñiga y Sotomayor.
Teresa de Zúñiga, Grande de España, sobrina de Álvaro, II duque de Béjar, heredó en 1531 todos los títulos y estados de su tío. Dos años más tarde, en 1533, heredó los de su tía abuela la duquesa María de Zúñiga y Pimentel, reuniendo una enorme herencia: los ducados de Béjar, Plasencia y Bañares; los marquesados de Ayamonte y Gibraleón; más, entre otros, el señorío de Burguillos.
Fecho la construcción de la Pila Bautismal entre 1531 -inicio del ducado de Teresa- y 1544 -muerte de su esposo-. También me lleva a pensar en esa fecha el que la duquesa Teresa de Zúñiga, una vez viuda, recobra el escudo de armas de los Zúñiga en solitario, sin el de su marido Sotomayor. Ello es debido a que recibió maltratos de su esposo durante el matrimonio, maltratos que ella denunció tras la muerte de este. Una vez viuda pasó largas temporadas en Burguillos, en su casa señorial de la calle San Juan. Fundó el antiguo Convento de las Llagas de San Francisco en 1562.
La Pila Bautismal estaba colocada originariamente en la antigua iglesia de Santa María de la Encina, en la nave del Evangelio, en el coro bajo. Esto lo sabemos gracias a los trabajos arqueológicos realizados en la rehabilitación de Santa María.
ICONOGRAFÍA DE LA PILA BAUTISMAL DE SANTA MARÍA DE LA ENCINA.
La tradición de la Península Ibérica era, desde la Edad Media, construir las pilas bautismales en piedra, mármol o granito, aparte de por razones de duración, permebealidad, etc., por motivos simbólicos:
El agua nace de la piedra y Cristo que es fuente viva, es piedra angular.
El simbolismo de los escudos de los duques de Béjar esculpidos en la Pila Bautismal, por partida doble, es claro: desde el mismo momento del nacimiento y bautismo de los burguillanos, la Casa Ducal, que ya poseía el Señorío, también quería poseer el alma de sus súbditos.
Entre los escudos hay esculpidos dos motivos vegetales que contienen unas llaves y dos caras de ángeles. En las pilas medievales los motivos vegetales representan la salvación que el bautismo posibilitaba y las llaves simbolizan ser las del paraíso.
Las caras de los dos ángeles representan también la vida en el paraíso.
La copa de la Pila Bautismal lleva esculpida una cadena en su parte alta. El bautismo, como baño purificador, rompe las cadenas con el demonio, según la tradición del Medievo.
La basa está decorada en cada una de sus cuatro esquinas con dos cabezas de niños y dos cabezas de monstruos, como era muy común en las pilas de la Edad Media. Estas cuatro cabezas evocan a los cuatro ríos del paraíso: Geón, Pisón, Tigris y Éufrates. Ríos portadores de las cuatro Virtudes Cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza.
El fuste, de sección octogonal, representa el octavo día de la creación, día de la Resurección de Cristo. El número ocho contiene un simbolismo que nos habla del renacimiento, del paso que el bautismo proporciona hacia una nueva vida eterna. El ocho simboliza la salvación.
A finales del siglo XVIII también llega la preciosa Pila Bautismal de la antigua parroquia de San Juan Bautista, que es colocada en la capilla del fondo, en el lado del Evangelio. En los años ochenta del siglo pasado, la Pila de San Juan se situó al lado de la Capilla Bautismal. La copa es de forma poligonal, dodecagonal, y simboliza la construcción del Santo Sepulcro de Jerusalén, los doce Profetas, los doce Apóstoles, los meses del año.
LIBROS DE BAUTISMO DE LA ANTIGUA PARROQUIA DE SANTA MARÍA DE LA ENCINA.
El primer Libro de Bautismo que recoge la inscripción de los burguillanos bautizados en la antigua parroquia de Santa María de la Encina se abre el 19 de diciembre de 1555. En él están registrados todos los bautizados hasta el 27 de diciembre de 1588.
Referidos a Santa María existen 25 Libros de Bautismo, que van desde el 19 de diciembre de 1555 hasta el 10 de febrero de 1845.
Referidos a San Juan existen 6 Libros de Bautismo, que van desde 1565 hasta el 28 de febrero de 1844.
La nueva parroquia de Santa María de la Encina y San Juan Bautista abre su primer Libro de Bautismo el 21 de junio de 1848.
CONCLUSIÓN.
La Pila Bautismal de la antigua parroquia de Santa María de la Encina es una obra de arte esculpida en la piedra por un artesano burguillano de la Pedrera del Manco: Rodrigo Méndez Moro.
Fue un regalo realizado por los Duques de Béjar y Señores de la Villa de Burguillos, doña Teresa de Zúñiga y don Alonso de Sotomayor, a la antigua parroquia de Santa María de la Encina entre los años 1531 y 1544.
En ella, nos hemos bautizado y se seguirán bautizando miles de burguillanos. Muy pronto, esta Pila celebrará sus cinco siglos de vida.
Saludos cordiales.
Antonio Surribas Parra
Autor de Burguillos y su historia
Agradecimientos a Antonio Surribas Fdez-Salguero por la corrección de éste artículo.
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