El castillo de Burguillos visto desde Guruviejo o Burgos el Viejo
A
medida que íbamos organizando la excursión, se iban uniendo más amigos deseosos
de acompañarnos en la bonita experiencia. La cita era para el jueves día 30 de
octubre, a las diez de la mañana, en el paseo de la Fuente Llano.
La expedición la
formamos: Apolonio Conde Olmedo, Antonio Carretero Melo, Antonio
Fernández-Salguero Carretero, Encarnación Giraldo Díaz, José Sánchez Sánchez,
Francisco García Pulido, Manuel Chávez Cerrajero, Isidoro Salguero Cerrajero,
Víctor Gibello Bravo y Antonio Surribas Parra.
La ruta que seguimos fue por la carretera de Jerez, camino de Boyero, subimos hacia el
Campo de la Corza, finca en la que dejamos los vehículos.Tras un paseo de un
kilómetro, aproximadamente, llegamos a Guruviejo.
Cerro de Guruviejo
Cerro de Guruviejo
Guruviejo, o
Burgos el Viejo, como cada cual prefiera, es uno de los muchos yacimientos
arqueológicos que posee el rico término
municipal de Burguillos del Cerro. Sin embargo, lejos de ser “uno más”,
constituye uno de los asentamientos más importantes y pieza esencial para
comprender los procesos de ocupación y explotación históricas del territorio
burguillano y, si nos apuran, hasta fundamental para la población en cuanto que
están íntimamente conectados y comparten una trayectoria común.
La tradición
oral de Burguillos recoge noticias y leyendas vinculadas a Guruviejo, unas
surgidas de la fantasía popular y otras cimentadas en datos reales que, con
mayor o menor fortuna han llegado hasta nosotros.
Una de estas noticias informaba de la existencia de una “cueva” en el cerro. Hace unos días, surgió la posibilidad de verificar si el dato era correcto gracias a que Manuel Chávez Cerrajero decía conocerla. En el día de ayer, un grupo de entusiastas de la arqueología y la historia nos desplazamos al lugar con la emoción de niños ávidos de descubrimientos. Según nos acercábamos al promontorio y lo escalábamos, el entusiasmo crecía. Gracias a nuestro guía, encontramos una oquedad abierta en el farallón cuarcítico.
Una de estas noticias informaba de la existencia de una “cueva” en el cerro. Hace unos días, surgió la posibilidad de verificar si el dato era correcto gracias a que Manuel Chávez Cerrajero decía conocerla. En el día de ayer, un grupo de entusiastas de la arqueología y la historia nos desplazamos al lugar con la emoción de niños ávidos de descubrimientos. Según nos acercábamos al promontorio y lo escalábamos, el entusiasmo crecía. Gracias a nuestro guía, encontramos una oquedad abierta en el farallón cuarcítico.
Por ella nos
colamos con todas las preocupaciones posibles. Ya en el interior, una vez que
los ojos se acostumbraron a la oscuridad reinante, apreciamos la existencia de
un espacio relativamente amplio dispuesto en sentido este-oeste con una agujero
a modo de ventana abierto hacia poniente, agujero por el que entraba luz y
ventilación al espacio.
Agujero-ventana de la "cueva"
El lugar, parcialmente colmatado de piedras y tierra arrastradas por la lluvia, resultó altamente interesante. Un análisis superficial de la formación evidenció que no se trataba de una cueva y sí, por el contrario, de una antiquísima mina de la que se extrajo mineral de hierro. Las vetas del mineral fueron extraídas con paciencia de años y un trabajo agotador. Aún pueden apreciarse las huellas del picoteado concienzudo de la piedra en busca del hierro.
Interior con las huellas del picoteado de la mina
Agujero-ventana de la "cueva"
El lugar, parcialmente colmatado de piedras y tierra arrastradas por la lluvia, resultó altamente interesante. Un análisis superficial de la formación evidenció que no se trataba de una cueva y sí, por el contrario, de una antiquísima mina de la que se extrajo mineral de hierro. Las vetas del mineral fueron extraídas con paciencia de años y un trabajo agotador. Aún pueden apreciarse las huellas del picoteado concienzudo de la piedra en busca del hierro.
Interior con las huellas del picoteado de la mina
Es difícil
precisar sin realizar una excavación arqueológica en qué momento se extrajo el
mineral de la mina; sin embargo, su vinculación con el asentamiento
arqueológico en el que se integra permite establecer una ligazón con su
dilatada secuencia de ocupación que nos lleva desde la Segunda Edad del Hierro
hasta el período de ocupación islámico.
Vista desde el agujero-ventana
Vista desde el agujero-ventana
Una vez agotados
los recursos mineros, el espacio siguió siendo útil a la comunidad allí
residente a modo de almacén y fresquera, pues su temperatura ha de ser baja y
constante a lo largo de todo el año.
Ya en el
exterior, saliendo de la bocamina no sin ciertas dificultades, dada la
estrechez del acceso, decidimos visitar la parte más alta del yacimiento
arqueológico. En el acceso a la cumbre topamos con elementos realmente
interesantes, entre ellos la sólida muralla que lo circundaba, de la que son
visibles numerosos vestigios y numerosísimos restos cerámicos, tanto
constructivos como de mesa y almacenaje. Estos restos informan de la dilatada
historia del lugar. Entre ellos destacan cerámicas de la Edad del Cobre,
romanas, al menos desde tiempos altoimperiales, e islámicas.
Restos de la muralla
Restos de la muralla
Las vistas
panorámicas de Burguillos del Cerro son realmente espectaculares desde
Guruviejo, en la falda de la sierra que mira hacia el pueblo, se extienden los
restos de la antigua población dispersos por un amplio espacio. Qué duda cabe,
estamos ante un yacimiento arqueológico con un potencial enorme, su
investigación, estudio y puesta en valor, podrían suponer un motor más para el
necesario desarrollo de nuestro pueblo. Mientras tanto, Guruviejo, se mantiene
a la espera, paciente, ya ha superado siete siglos de olvido y, de algún modo,
reclama la atención que merece.
Vista de Burguillos del Cerro desde Burgos el Viejo
Vista de Burguillos del Cerro desde Burgos el Viejo
ANTIGUA DOCUMENTACIÓN ESCRITA SOBRE BURGOS EL VIEJO.
Las noticias más antiguas que tenemos de Burgos el Viejo, están escritas en las Cántigas de Alfonso X el Sabio, cántiga número 199, donde nos dice:
“Por én direi un
miragre que fez por un peleteiro que morava na fronteira de un castelo
guerreiro que Burgos está llamado et demais está fronteiro de Xerez de
Badallonce ú sóen andar ladroes. Com` é mund` avondado de máes et d´ ocaioes…”.
También
encontramos referencias escritas de Burgos el Viejo y de su castillo, en las
Ordenanzas Municipales de 1530, promulgadas por Alvaro de Zúñiga, II Duque de
Bejar y Señor de la villa de Burguillos. Ordenanzas manuscritas por Matías R.
Martínez en 1877. En el título 63 de las mismas nos dice:
“Que viene de la
sierra de Burgos el Viejo. y dende por la ladera del castillo de Burgos el
viejo á dar á un serrejon agudo q´ está de yuso del camino q´ va a dar a la
casa de Alonso Trigo”.
Nos está
señalando la localización del castillo de Burgos el Viejo, hoy llamado
Guruviejo. Dándonos la referencia de la sierra limítrofe, hoy llamada Risco de
la Cárcel, camino de la finca de Sotrigo (Alonso Trigo).
Los resultados
de la jornada arqueólogica no han podido ser más fructíferos y los integrantes
de la misma nos hemos sentido plénamente satisfechos con la constatación de que
una parte importante de los orígenes de Burguillos están en Guruviejo, Burgos
el Viejo.
Un cariñoso
saludo.
Antonio Surribas
Parra.
Víctor Gibello
Bravo (Arqueólogo, director de Arqveocheck).
(Reservados los derechos de autor. Prohibida la reproducción sin permiso de los autores).
(Prohibida la reproducción de las fotografías sin permiso de los autores).
(Reservados los derechos de autor. Prohibida la reproducción sin permiso de los autores).
(Prohibida la reproducción de las fotografías sin permiso de los autores).